Al invertir en bolsa, una de las preguntas más difíciles —y cruciales— es saber si el precio que ves en pantalla es caro o barato. Aquí es donde entra en juego la valoración por flujos descontados (DCF), una metodología fundamental para estimar el «valor justo» de una acción basándonos en el dinero que la empresa generará en el futuro.

En este artículo, desglosamos los cuatro modelos principales explicados en el video de Bursitia, ideales para entender la lógica detrás del precio objetivo de una acción.

¿Qué es el «Valor Justo» y por qué importa?

La premisa básica es traer a valor presente (al día de hoy) los flujos de dinero futuros que producirá la compañía.

  • Si el Valor Justo > Precio de Mercado: La acción está «barata» (Oportunidad de Compra).
  • Si el Valor Justo < Precio de Mercado: La acción está «cara» (Posible Venta o Mantener).

Sin embargo, recuerda que toda valoración se basa en proyecciones y supuestos. Nadie tiene una bola de cristal, por lo que los analistas suelen tener diferentes precios objetivos dependiendo de sus expectativas sobre la economía y la empresa.

A continuación, exploramos los 4 modelos esenciales:

1. Modelo de Dividendos Descontados (DDM)

Este es el modelo más clásico. Se basa en la idea de que el valor de una acción es la suma de todos sus dividendos futuros traídos a valor presente.

  • ¿Cuándo usarlo? Es ideal para empresas maduras y estables (como servicios públicos o alimentos) que tienen una política de dividendos constante y predecible.
  • Limitación: No sirve para empresas que no pagan dividendos o cuyas utilidades son muy volátiles.

2. Flujo de Caja Libre de la Firma (FCFF – Free Cash Flow to the Firm)

Este modelo valora la empresa en su totalidad, considerando tanto el dinero que va para los accionistas como el que se usa para pagar la deuda.

  • Tasa de descuento: Se utiliza el WACC (Costo Promedio Ponderado de Capital).
  • ¿Cuándo usarlo? Es muy útil cuando la empresa tiene utilidades negativas (pero genera caja operativa), cuando hay cambios en su estructura de deuda o si se busca una valoración con perspectiva de «control» (adquisición de la empresa).

3. Flujo de Caja Libre del Patrimonio (FCFE – Free Cash Flow to Equity)

A diferencia del anterior, este modelo se enfoca únicamente en el dinero que queda disponible para los accionistas después de pagar deudas y reinvertir en el negocio.

  • Tasa de descuento: Se utiliza el Ke (Costo del Patrimonio), a menudo calculado con el modelo CAPM.
  • ¿Cuándo usarlo? Ideal para valorar cuánto queda efectivamente para el inversor, siempre que la estructura de capital de la empresa no vaya a cambiar drásticamente.

4. Modelo de Ingreso Residual

Este modelo es menos conocido pero muy poderoso. Se centra en la generación de valor económico: ¿La empresa está rentando por encima de lo que exigen sus inversionistas?

  • La lógica: Si el ROE (Retorno sobre el Patrimonio) es mayor que la tasa exigida por el inversor, la empresa cotizará por encima de su valor en libros. Si el ROE es menor, cotizará con descuento.
  • ¿Cuándo usarlo? Útil cuando los flujos de caja son difíciles de predecir pero se tiene una estimación fiable del valor en libros y la rentabilidad futura.

Conclusión: El Arte de Valorar

Ningún modelo es perfecto. El precio objetivo es una referencia, no una garantía. Por eso, la recomendación de oro siempre será la diversificación. No pongas «todos los huevos en la misma canasta»; usa estas valoraciones para armar un portafolio equilibrado que te proteja si alguna proyección no se cumple.