Cuando una acción cotiza por debajo de su valor patrimonial, algunos suelen clasificarla como barata. No obstante, la simplicidad del análisis puede llevar a cometer errores de inversión bastante costosos.
Estar a un precio inferior de su valor patrimonial significa que sería más barato comprar al precio de mercado todas las acciones de la compañía que pagar el valor del patrimonio reportado en el balance general. Esta situación lleva a pensar que se está haciendo un buen negocio, ya que se compraría a descuento. Sin embargo, lo que omite en esta afirmación es la razón por la que el precio ha llegado a dicho nivel.
Para que el precio de la acción sea inferior al valor patrimonial suele ser el resultado de alguna de estas situaciones. Deterioro de la situación financiera y desempeño de la empresa o movimientos de miedo en el mercado que hizo caer la acción sin que se viera afectado su desempeño empresarial.
En el primer caso, acciones de empresas con ROE bajo o con pérdida neta suelen cotizar por debajo de su valor patrimonial en espacial cuando los inversionistas consideran que los flujos futuros continuarán siendo bajos. Al comprar “barato” empresas con pobre desempeño financiero se corre el riesgo de que la compañía no mejore su situación o incluso empeore en los siguientes años. Si la empresa presenta pérdidas y no genera un flujo de caja suficiente podría declararse en quiebra y la acción acercarse a un precio de 0.
La segunda causa se atribuye al riesgo sistémico pueden afectar la totalidad de las acciones del mercado y llevar a que empresas con buen desempeño financiero coticen por debajo de su valor patrimonial. Este segundo caso es más interesante y lastimosamente menos frecuente, sin duda es recomendable comprar este tipo de acciones ya que cayeron alejándose de su valor fundamental sin que su desempeño empresarial se vea afectado.
La reacción de miedo de los inversionistas los puede llevar a vender empresas que continúan con una buena perspectiva a futuro. En este caso, al comprar este tipo de acciones, el inversionista estaría aprovechando las falencias del mercado y comprando barata una buena empresa.
En resumen, antes de lanzarse de cabeza a comprar acciones que cotizan por debajo de su valor patrimonial, se debe evaluar la razón por la cual está cotizando a descuento. Si la respuesta es el deterioro del desempeño empresarial, determinar la probabilidad de que logre una mejora en la generación de caja, en la rentabilidad y que el nivel de apalancamiento no sea un riesgo será clave para dar una respuesta. Si existe probabilidad alta de mejora en la situación financiera, la respuesta es comprar, de lo contrario la caída de la acción continuaría.
Si, por el contrario, la razón del descuento es el temor de los inversionistas por una situación de riesgo en el mercado y el análisis exhaustivo de la empresa confirma que no su desempeño futuro no se verá afectado, la respuesta ante esta situación es comprar. En este caso la probabilidad de que la acción esté barata es muy alta.