Pareciera lógico pensar que la caída del PIB implica necesariamente una caída en el mercado accionario, sin embargo, el impacto no es homogéneo e incluso puede tener efectos sobre la dinámica de la negociación.

Lo primero que se debe considerar es que el dato de PIB es del segundo trimestre y ya estamos avanzando en el tercero, así que esta noticia es lo que se conoce como un dato con rezago y es muy probable que la información esté en cierta medida incorporada en la caída de los precios de las acciones.  Siendo así, para conocer el impacto en el mercado debemos tomar esta información como una pista para determinar que podría suceder en el segundo semestre del año.

Uno de los puntos que sobresalen en la publicación del DANE es que el sector financiero fue uno de los dos sectores que aún mantiene crecimiento positivo.  Con esta información se puede pensar que las acciones de estas entidades deberían subir, sin embargo, esta tendencia es respuesta de la inyección de liquidez del Banco de la República y los aplazamientos de las deudas que ha evitado que la mora y provisiones afecten seriamente el sector.

Básicamente los bancos están lanzando la deuda con una patada hacia adelante a espera que la economía se recupere y puedan recibir los pagos de sus créditos.  Mientras las cuarentenas y distanciamiento social se mantengan es muy probable que la recuperación de la economía sea lenta y los bancos tengan que empezar a reconocer provisiones por el no pago de créditos.  Con base en lo anterior, pese al buen resultado del segundo trimestre, los bancos podrían enfrentar meses turbulentos durante el segundo semestre.

En cuanto a los demás sectores, al combinar la caída del PIB y las recientes publicaciones de resultados del segundo trimestre la conclusión es sencilla.  El inversionista debe enfocarse en aquellas compañías de sectores que no han visto seriamente afectados sus ingresos o que tienen capacidad de reducir sus costos para ser rentables dado un menor nivel de ventas.  Adicional, es clave alejarse de empresas con un alto nivel de endeudamiento, ya que una lenta recuperación económica aumenta el riesgo de un incumplimiento.

Espero que estas pistas les ayude a escoger muy bien el portafolio de acciones para las próximas semanas ya que la fuerte debilidad del PIB tiene un efecto aún más importante sobre el mercado accionario.  Ese efecto es la disminución del dinero disponible para invertir en acciones.

Dada la condición actual del empleo y crecimiento, es muy probable que una buena porción de personas y empresas deba vender sus inversiones para soportar la pandemia e incluso continuará vendiendo durante la recuperación para invertir en el sector real.  Esta pandemia implica la reasignación de recursos a sectores productivos junto con menor inversión en renta fija y acciones.

Este efecto ya se nota en el mercado.  Para la segunda semana de agosto el volumen promedio diario en el mercado accionario fue de apenas 56 mil millones de pesos, muy por debajo del promedio precrisis con más de 140 mil millones.  Lo anterior implica que no hay combustible para un fuerte rally alcista y que los grandes portafolios, incluido los fondos de pensiones, venderían acciones de empresas riesgosas y se mudarían a empresas defensivas con buen desempeño durante la pandemia. Así que inversionistas, muy atentos a los cambios en los portafolios que se evidenciarán en las próximas semanas.  Recuerden que la tendencia es su amiga y que las empresas con crecimiento en ventas y generación de caja creciente podrán ser las protagonistas de la segunda mitad del año.